10 julio 2006

Le Chasseur d'Etoiles. Parte 05

Sus temores no habían pasado, la noche se había vuelto aún más fría, y la brisilla le calaba en los huesos. Sacó de la mochila una manta polar que llevaba a propósito, porque en una montaña como aquella, por las noche, la temperatura podía caer hasta quince grados. Se tapó la cabeza con ésta, seguía asustado, y se reclinó sin querer hacer ruido, sobre unas grandes rocas que descollaban la llanura. Regazo maternal de la Naturaleza que acurrucaba a uno de sus hijillos curiosos.

El abrigo de las rocas estaba orientado al Este, donde se adivinaba el camino que lo había llevado a la planicie. Más calmado ya, con la cabeza aún cubierta, volvió a levantar la vista hacia la costelación de Andrómeda, y a su alrededor, vio la de Pegaso al Este, Perseo al Oeste, y Casiopea y Cefeo al Norte, ocupando un trozo grande del firmamento. Entonces, la quietud de la noche, el olor a tierra mojada, y esa especie de encantamiento que produce la luz de las estrellas, le hicieron evocar aquella historia…

La joven Andrómeda era tan hermosa como su madre, Casiopea, que junto a Cefeo eran los reyes de Etiopía. La reina solía presumir de su exótica belleza, llegándose a comparar incluso con las Nereidas, las ninfas del mar, las protegiadas de Poseidón, el dios de los mares. Estas se ofendieron y se quejaron contra Poseidón, que montó en cólera y mandó sobre Etiopía una gran inundación y un terrible monstruo marino, Cetus, para que acabara con los hombres. Perseo y Casiopea, asustados y sintiéndose culpables, consultaron el oráculo de Ammon, que les dijo que debían entregar su hija Andrómeda al monstruo, encadenándola desnuda en una roca junto al mar. Cefeo no aceptó, pero su hija quiso expiar la arrogancia de su madre, y voluntariamente aceptó el sacrificio.

Apareció entonces Perseo, en su caballo alado Pegaso. Volvía de matar a Medusa, la única Gorgona mortal, en cuya cabeza y cintura se enroscaban serpientes, y todo aquel que la miraba, quedaba convertido en piedra. Cuando Perseo vio a la hermosa Andrómeda encadenada, bajó a la roca y se enamoró de ella. Fue a hablar con Cefeo y Casiopea para pedirles la mano de su hija si mataba al monstruo marino. Perseo, junto con Pegaso lucharon contra Cetus, al que consiguió matar, convirtiéndolo en coral, tras enseñarle la cabeza de Medusa que llevaba guardada en una alforja. Liberó así a Andrómeda, que rehusó casarse con él porque ya estaba prometida con Agenor. Perseo luchó contra él y contra su ejército, al que acabó petrificando con la cabeza de la Gorgona. Tras esto, se casaron felizmente, y tuvieron seis hijos. A su muerte, Atenea situó en el firmamento a Andrómeda, entre Perseo y su caballo Pegaso, y encima a sus padres, los Reyes Cefeo y Casiopea.

Todavía hoy, se pueden ver en el cielo, en las noches de Agosto uno de los espectáculos más hermosos que nos pueden regalar la naturaleza, las Perseidas, en honor a los hijos de Perseo, una preciosa lluvia de estrellas fugaces: restos de un meteorito para los científicos, y miles de deseos para los románticos...

Y así, contemplaba las estrellas, y se le fue el temor, y tapado con la manta, siguió observando, mientras el aire volvía a ser freco, húmedo y mágico. Una sonrisilla se esbozaba en su rostro y un brillo estelar chispeaba en sus ojos.


3 comentarios:

JAL dijo...

La lluvia de estrellas fugaces alcanza su máximo en la noche del 12 al 13 de agosto. Su readiante está por al norte de Perseo, el problema es que en esos días, la Luna está casi llena y con su claridad no dejará ver las estrellas fugaces más débiles... pero bueno, alguna se verá ¿no?

Unknown dijo...

bello, muy bello ^^
me encierras y atrapas en una atmósfera de romanticismo azul, lleno de estrellas.
me encanta el ambiente que le das, no es el típico romanticismo rosa, meloso y de enamorados... se siente mucho más profundo, más allá.

jajaja bueno, como te darás cuenta estoy algo clavada con los colores y los sentimientos el día de hoy jaja, a ver si al rato escribo algo loquillo =P

saludos ^^

Anónimo dijo...

Este año las perseguiré y yo, personalmente, me quedo con los sueños y deseos...

Besitos