15 enero 2022

Salmo 256

1Se oye un grito que tildan de injusto, dramático e inmaduro. Nadie sabe, en cambio, que nace de un corazón. Entregó su imperfección rota, y rota le fue devuelta. Lo anunció, lo defendió y profundizó en él: lo hizo conocer y amar; y él, lo abandonó.

2¿Por qué lo haces? Me has entregado al enemigo.
3Cualquier agrado es mejor que este yermo frío, gris y solitario,
donde abunda la corrupción y criaturas enloquecedoras me acechan.
4¿Cómo pueden estos labios resecos rechazar un bálsamo?

5Aquí no hay nada, tampoco esperanza.
6Esta tierra dura sólo acoge las cuatro semillas que me quedan:
enfado, hambre, soledad y cansancio.
7¿Qué terrible planta brotará en este infierno?

8Sólo tú lo sabes y sólo tú lo permites.
9Me entregué a tus cuidados cargado de esperanza… y mira:
10otro se hizo cargo de mí,
11me abandonaste.

12¿Por qué lo permites? ¿Por qué me has abandonado?
13Desde entonces, me he convertido en gusano.

14Puedes crear de la nada, tienes el poder de la vida y de la muerte.
15Venciste al mal… o eso nos contaron.
16Y, heme aquí llorando.
17¿Dónde está tu poder?

18El enemigo es poderoso,
19su fuerza está patente.
20Hoy no veo la tuya
21¿serían ilusiones las de ayer?

1Actualizar, actualizar, actualizar… no hay nada.
Silencio.

22El mundo gira sin ti.
23No estás en las sonrisas de los niños,
24ni en las mentes de los hombres alegres.
25Nadie te recuerda, ni siquiera para negarte.

26Mi llanto roto es inútil,
27soy como un fantasma.
28Quise ser niño porque tú me lo dijiste.
29Pero ¿cómo?

30¿Quién no acude a la llamada angustiada de un hijo?
31Tú mismo lo dijiste.
32Pero mi voz se pierde en las simas del páramo,
33en los abismos de la tierra.

34El viento es frío, no paro de temblar.
35Prefiero una llama falsa, pero calor;
36las gentes falsas, pero compañía;
37los tubos de neón, pero luces.

38La ficción a la verdad desolada,
39lla cárcel contra el duro destierro,
40las risas falsas al silencio mortecino.
41¿Por qué me abandonaste?