30 mayo 2006

Después de un sueño

Si pudiera evocar aquel sueño ¡ay si pudiera! ¿Quién ordena nuestros sueños? ¿quién toma estos o aquellos pensamientos, ideas y percepciones para formar las cosas más bellas que se han podido sentir o las más horripilantes que el ser humano ha sido capaz de imaginar? Aquel sueño era vida, y la vida pesadilla y mal soñar; el despertar, agua fría. Cómo seré capaz de describir aquel sueño, si nunca sentí en la realidad ¿Eras tú? ¿Por qué no fue tu mirada indiferente? ¿qué te podía ofrecer lo que tenías delante? No sabes cuánto tiempo hace que no veo esa mirada... No había compasión, ni lástima, ni cariño, ni amistad, ni apego, sino amor libérrimo. ¿Puede acaso alguien describir la luz? ¿y la música? ¿y el calor? ¿Podré describir mi sueño algún día? No, creo que no. Que permanezca mucho tiempo en las sinapsis neuronales, que tarde en olvidarlo...

Salta la chispa en el agua
y la Luna que la pinta
desplegar su manto negro
nos envuelve con su cinta.
Cinta de plata y hielo,
de hielo, plata y nácar
Luna que guardas los campos
y que en la noche sacas
hermosura a los cuerpos
amor y querer a las almas.

Bueno, todo esto es algo que escribí hace tres años, y antes de tirarlo, he preferido colgarlo aquí por si a alguien le interesa. Con las clases y los exámenes no tengo mucho tiempo para escribir, así que iré tirando del montón de papelajos que tengo guardados ;)

21 mayo 2006

El Juego de la Vida

"El Juego de la Vida" es un autómata celular creado por Conway en los 70’s. Es un juego de cero jugadores en el que los resultados dependen sólo de la posición inicial de las células.

Descripción:

El tablero está dividido en infinitas casillas (posibles poblaciones) que pueden estar vivas o muertas. Una célula tiene 8 células vecinas a su alrededor. Pues bien, una célula muerta "vive" cuando tiene 3 células vecinas vivas, y una célula que está viva, se mantiene con vida sólo si tiene 2 ó 3 células vivas a su alrededor, en cualquier otro caso muere por soledad o por superpoblación. Esta regla se conoce como 23/3, aunque existen otras muchas que dan lugares a otro tipo de poblaciones: caóticas, desoladas, o en el caso de la regla 23/36 a lo que se conoce como HighLife.

La gracia de este juego, que se popularizó en los 80’s, además de que es un poco friki, está en que tiene unas reglas muy sencillas a nivel local o microscópico, pero presenta una enorme complejidad, variedad y riqueza a nivel macroscópico, global o emergente. Tal es así, que se puede configurar como Máquina Universal de Turing, lo que lo hace capaz de resolver cualquier problema computacional que se pueda resolver con un ordenador actual, incluso la simulación de sí mismo.

Se llama Juego de la Vida porque presenta propiedades de catálisis , transporte, estructurales, reguladoras, defensivas e informativas, capaces de simular las bases moleculares de la vida en nuestro planeta. Aunque hoy día no deja de ser un juego, con mucha teoría y estudio detrás, ha popularizado el estudio de otros autómatas celulares que parece que sí que simulan bien el comportamiento de las poblaciones emergentes. El estudio de este tipo de sistemas se usa en el estudio de dinámicas de fluidos (corrientes de líquidos, movimientos de gases, explosiones, flujos de temperaturas), etc. como alternativa a las ecuaciones diferenciales.

Patrones:

Existen varias figuras que presentan comportamientos característicos llamadas patrones:

Parpadeantes: Oscilan a lo largo del tiempo sin desaparecer.


Estáticos: figuras que permanecen fijas mientras no se alteren sus células vecinas


Móviles: Patrones que se van deslizando por la pantalla, el más sencillo es el glider formado por cinco células y cuya figura es hoy en día el símbolo universal de los hackers. Las más complejas se llaman spaceships o naves espaciales.


Civilizaciones:

Hay varias civilizaciones que presentan comportamientos peculiares:

• Guns (pistolas): Capaces de crear patrones móviles por sí solos.

• Generadores: Civilizaciones que crecen indefinidamente (Conway premiaba con 50$ a aquél capaz de crear un patrón que creciera cuadráticamente. Se encontraron varios)

• Mathusalenes: Patrones de vida que tardan muchas generaciones en dejar de expandirse para desaparecer o volverse estacionarios.

Como no quiero aburrir con el tema, que es muy interesante, lo dejaré por aquí, y prometo contar más cosas interesantes sobre los autómatas celulares otro día.

Os dejo el último mathusalen que he descubierto que se vuelve estacionario tras 5652 generaciones. Os recomiendo bajar algún programilla de simulación (gratuitos) , buscar en Internet y empezar a investigar ;)

11 mayo 2006

Le Chasseur d'Étoiles. Parte 02

No hizo falta cambiar el chip. Bajo aquella inmensidad de la naturaleza, en el monte más alto y en la noche más cerrada se sintió flotar, flotar en un mar de silencio oscuro. El aire se sentía fresco, puro y limpio, y su olor a tierra mojada se hizo aún más seductor, como si la Madre Naturaleza se estuviera apoderando de él mediante aquellos mágicos efluvios que le hacían introducirse en el firmamento. Apagó entonces su luz artificial por miedo a perturbar la oscuridad virgen.

Siempre le había gustado la astronomía; había querido descubrir el movimientos de los astros, de las estrellas, y ante imágenes como las de hoy, descubrir el suyo propio. Siempre quiso tener conciencia de su ubicación en el Universo, en este mundo, y hacia dónde lo conducía su devenir. Quizás fuese porque gracias a los cálculos de la mecánica celeste se podían predecir acontecimientos mágicos, que en un pasado fueron señales de catástrofes y desgracias, y que para él, más que vaticinios sobre el destino, eran regalos gloriosos del Creador puestos para el deleite de sus criaturas.

Tras ocultarse el Sol, se dio el hermoso espectáculo conocido como luz cenicienta: dos días antes del novilunio, en los que la Luna se interpone entre el Sol y la Tierra, aquélla queda iluminada por la luz que se refleja en nuestro planeta, apareciendo una pálida luz gris-azulada en todo el disco lunar a excepción de un pequeño borde que ilumina el Sol y que tiene la forma de una delgadísima hoz.

Volvió a sentir temor, pero esta vez fue el temor de sentirse ínfimo ante aquella inmensidad, de observar un universo misterioso, el temor de desconocer lo que hay más allá. En la catarsis, dirigió su mirada hacia aquella luna de nácar, y pensó en romántico, en todo lo que en ella se había inspirado, en el embrujo de su luz, que en las noches de plenilunio, cubre la Tierra con un manto de plata, onírico y misterioso, mágico, silencioso. Bajo la luz de la luna tomaban vida todas las leyendas de elfos, de hadas y de brujas, porque hechizaba todo lo que bañaba, porque estaba ahí, desde siempre, solitaria, todas las noches, porque era la Dama de la Noche. Y así, se le vinieron a la cabeza unos versos de Federico García Lorca.


La luna vino a la fragua
con su polisón de nardos.
El niño la mira mira.
El niño la está mirando.

En el aire conmovido
mueve la luna sus brazos
y enseña, lúbrica y pura,
sus senos de duro estaño.

Huye luna, luna, luna.
Si vinieran los gitanos,
harían con tu corazón
collares y anillos blancos.

Niño déjame que baile.
Cuando vengan los gitanos,
te encontrarán sobre el yunque
con los ojillos cerrados.

Huye luna, luna, luna,
que ya siento sus caballos.
Niño déjame, no pises,
mi blancor almidonado.

El jinete se acercaba
tocando el tambor del llano.
Dentro de la fragua el niño,
tiene los ojos cerrados.

Por el olivar venían,
bronce y sueño, los gitanos.
Las cabezas levantadas
y los ojos entornados.

¡Cómo canta la zumaya,
ay como canta en el árbol!
Por el cielo va la luna
con el niño de la mano.

Dentro de la fragua lloran,
dando gritos, los gitanos.
El aire la vela, vela.
el aire la está velando.


Pensó que una declaración de amor, forzosamente, había que hacerla bajo la luna llena, y empezó a montar el telescopio.

08 mayo 2006

Le Chasseur d'Étoiles. Parte 01

Está atardeciendo, queda apenas media hora para que el Apolo se duerma en el horizonte. La humedad se palpa y se huele en el ambiente, huele a tierra mojada: Una tormenta de verano no lejos de allí. Aspira esa bucólica fragancia como elixir cuando para en un recodo del camino a tomar aliento. Éste se curvaba, y quedaba ensombrecido por la cara oriental de la montaña, más rocosa y oscura, para rodearla luego al Norte en no más de quinientos metros y seguir subiendo. El sendero se hace empinado y tortuoso, cada vez más. La hora que llevaba andando desde que dejó el coche en la explanada del merendero empezaba a pesarle, al igual que la mochila y el telescopio – no muy bien sujeto – que llevaba a la espalda. El aire era fresco, fresco y húmedo, e impregnado de aromas de sierra. No podía entretenerse porque se le hacía de noche. Tenía que llegar a lo alto del monte antes de que se fuera la luz, ya que no le hacía mucha gracia tener que caminar por aquella senda mal trazada a la luz de una linterna. En realidad, no sabía lo que habría en la cima, sólo sabía que aquel monte era el más alto, y que estaba alejado de núcleos urbanos donde la luz le podía molestar para ver las estrellas. Lo más peligroso que había, eran un par de pueblos pequeños que había dejado atrás con el coche, a unos cinco kilómetros, y el merendero, al pie de la montaña. Nada comparado con el fulgor de las ciudades, que cubre en vertical el firmamento con un velo nubloso de claridad artificial, atenuando la inmensa oscuridad del cielo profundo.

El Sol se puso, y los pocos cientos de metros que le alejaban de la cumbre los iba a hacer gracias a la dispersión que la atmósfera hacía de los últimos rayos del astro rey extendiendo como llamas los más rojos y dorados al occidente, mientras que un manto púrpura cada vez más oscuro y penetrante avanzaba desde el oriente. En él, titilan muy débiles algunas estrellas, las más incesantes que ya quieren despertar. El aire es más fresco, y cada vez menos húmedo. Las nubes se han ido ya, pero el olor a tierra mojada es, si cabe, aún más intenso. Bajo sus pies, el camino, por la cara meridional, se va extinguiendo y la tierra negra que queda a la sombra se va alfombrando por rodales de un musgo, un musguillo, que sabe agradecer la humedad del ambiente.

Para acceder a la cima hay que salvar un promontorio rocoso, y por ello decide sacar ya la linterna. No quería usarla para que nadie lo viera. Estaba solo, en una noche oscura, en lo alto de un monte, y quería seguir estando solo toda la noche. No le agradaba la idea de que desde algún sitio se viera la luz de su linterna, no quería que nadie supiera que estaba allí. Aunque improbable, le asustaba la idea de que alguien pudiera subir por aquel camino en plena noche… tenía miedo, pero al fin, la encendió.

07 mayo 2006

Remodelación 1.1

Hace tiempo que no escribo nada en el blog, y es porque no me gusta el rumbo que iba tomando. Unos cuantos posts atrás (en el primero) dije que era novato en el tema, y supongo que como ocurre con todo lo que se empieza, hay que ser paciente, esperar, e ir modelando la masa, al principio informe, añadiendo o quitando trozos, hasta conseguir lo que se tiene en mente.

Por eso, he borrado algún post que no me gustó, y a partir de ahora, intentaré escribir en otro plan (podéis ayudarme con vuestras sugerencias y comentarios) .

En fin, lo que quiero, es que el que lea esto pueda encontrar algo interesante, conozca otra forma de ver las cosas: quizás que aprenda algo nuevo, que sepa disfrutar lo que le rodea, que deje volar la mente, y que estas letras, a modo de notas musicales, sean interpretadas, en su imaginación, a modo de acordes, acordes armoniosos arpegiados, arpegios thorkianos.