16 agosto 2006

Le Chasseur d'Etoiles. Parte 08

Su cuerpo se volvió entonces luminiscente, de un tono rojizo, y se empezó a estirar como un elástico hasta triplicar su tamaño, y su grito se volvió cada vez más grave y ronco hasta hacerse el silencio.

Ya no había nada, ni siquiera oscuridad, quizás fuera la Nada de la que hablaba Ende, sin embargo él estaba ahí, su conciencia e identidad seguían existiendo. Lo que quedaba era su componente espiritual, su alma. Como hombre sin cuerpo, estaba mutilado, y aún así, seguía existiendo. Por supuesto, era incapaz de realizar las funciones que precisan de la fisiología humana, como pensar y percibir, propio de un sistema nervioso, neuronal y sensorial del que él carecía, mas conservaba las facultades del alma, que son la inteligencia, voluntad e identidad absoluta, aunque esto último habría que matizarlo.

Como espíritu, no podía percibir el paso del tiempo, ni el vacío, ni el silencio… nada, no había nada.

Una fuerte sacudida hizo estremecer sus sentidos anulados, un grito sonó, esta vez más fuerte; hubo confusión, calor y destellos durante un tiempo indeterminado. Volvía a tener cuerpo, un cuerpo amorfo que era incapaz de controlar. Lo atormentaba un agudo dolor de cabeza, una terrible sensación de angustia y un mareo que le produjo arcadas vacías. Su sentido de la orientación estaba afectado, y el verse en pie y creer estar cabeza abajo le produjo aún más ansiedad. Su sistema motor no reaccionaba a los impulsos de su cerebro, y no conseguía más que retorcerse por el suelo. Las sinapsis neuronales estaban alteradas, su cuerpo, además de deformado, no reaccionaba, no funcionaba. Le vino un sentimiento de vértigo, como si todo se moviera en torno a él a gran velocidad cuando en realidad no había nada. Gritó, gritó y gritó, y su boca sólo producía espumarajos. Un pinchazo en la espalda indicó que su corazón había dado el último latido. Su cara desfigurada era la imagen misma del terror. Ahora sentía frío, un frío que se podría decir infernal… Y todo desapareció.


De nuevo silencio. Se oía latir un corazón, quizás fuera el suyo, que le trajo un poco de paz. No quería pensar, pero supo que tenía nuevas impresiones en su cerebro. Junto a sus recuerdos, había nuevos registros: imágenes, pensamientos, comocimiento, sentimientos, situaciones… lo supo, mas no quiso pensar.


Y ahora, si estaba en lo cierto, la pregunta correcta no era dónde había estado, sino cuándo.

3 comentarios:

JAL dijo...

Decidí quitar el post anterior del soneto "Ver, sentir y soñar" y lamentablemente también desapareció el comentario que tenía, comentario que agradecí y que no he borrado de mi mente. Gracias.

Unknown dijo...

Maravilloso!!!!
Hasta sentí yo misma mi cuerpo deformado, hecho nada, y el proceso de volver a poseerlo. Es muy interesante, es fascinante leer lo que escribes.
Me da gusto que hayas continuado con esto tan pronto ^^.

Y a propósito del soneto, le había dado una rápida leída, y venía hoy a disfrutarlo ya sin presiones de tiempo... y me encuentro con que no está =P
Pero lo que leí era bellísimo, profundo y verdadero... sí, algo triste, pero aún así bello, y la belleza siempre nos hace sonreír.

Saludos =)
Que todo esté bien por allá!

Anónimo dijo...

Es curioso... consigues con lo que escribes impregnar un ritmo a la lectura, y eso no es nada fácil Sr. Thotk3m ;)
Mis felicitaciones por ello.

En cuanto al soneto... a veces hay cosas que son para nosotros y nada más. Tú te llevas tu soneto y un comentario sincero. Es lo que tiene...hay quien se cuela rápidamente por aquí para alzar la voz aunque en ocasiones preferiríamos el silencio ;)

Besitos